Por Gilberto Celis
Mientras el candidato
presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, entera que asistirá, diariamente, a 2
de cierres de campaña por estado, Andrés Manuel López Obrador echa su cuarto a
retozar señalando que como a sus seguidores les queda chico el zócalo de la
Ciudad de México, y tendrá que ocupar los varios kilómetros que hay entre el
Ángel de la Independencia y el zócalo de la gran metrópoli.
Uno del común, tan común que
es uno, piensa que nunca como ahora, Andrés Manuel López Obrador está a punto
de registrar, en letras de oro, su nombre en el Libro Guinnes de los Records y, sobre todo, en “Aunque usted no lo
crea”
Mas allá del Cid Campeador, espera,
que sus adversarios le lleven, cada uno, su propia declinación. Esto, antes de
la humillante derrota que sufrirán en las urnas el primero de julio, y que
Andrés, en su visión mesiánica, ya sabe él es el elegido.
Entonces, como florecitas que
brotan en la primavera, a la vez frágil y tierna como toda recién nacida,
surgirá todo el pueblo de México a celebrar la Fiesta Nacional.
Este juego morboso recuerda la
vez que un bandido, colocándole a una persona la punta de la pistola en la
sien, le dice :”Si te mueves, serás tu propio asesino”
Así, desde hace 6 años se viene
escuchando a quien, a sí mismo, se llama “Presidente Legítimo”; y desde hace
unos meses y cada día con mayor frecuencia que si Andrés Manuel López Obrador
no es el próximo Presidente de México, es porque hay traición y fraude
electoral.
Andrés Manuel lo dice todo, y
con tanta elegancia y sutileza, que no
se siente nada de manipulación
En la zona norte istmeña, el
reflejo del factor López Obrador, puede dar lugar a un enfrentamiento que nadie
desea. Y menos se imagina.
Y, todo, porque AMLO insiste
en ver con orejas en punta, y rabo, a los candidatos de los otros partidos
políticos.
--- Por eso le digo.
1 comentarios:
jeugos
Publicar un comentario